martes, 16 de septiembre de 2014

El apego

Entendemos como apego a:Una vinculación afectiva intensa, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de una interacción recíproca. No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja.

Para poder basarnos de mejor manera en este concepto, utilizaremos a tres autores los cuáles nos hablan acerca de esta teoría, ellos son: John Bowlby, Mary D. Saslter Ainsworth y Mary Main.

¿Qué tan importante resulta el apego dentro de nuestros niños?

El apego es algo primordial del desarrollo del niño, es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres o cuidadores en algunos casos y que le proporciona la seguridad emocional para un buen desarrollo de la personalidad. Este se genera directamente y de manera muy importante con la madre, será ella el principal vínculo para generar algún tipo de relación e interacción.
Por lo tanto el apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido incondicionalmente. Este planteamiento también puede observarse en distintas especies animales y que tiene las mismas consecuencias.

John Bowlby postula lo siguiente: “El bebé nace con un repertorio de conductas las cuales tienen como finalidad producir respuestas en los padres: la succión, las sonrisas reflejas, el balbuceo, la necesidad de ser acunado y el llanto, no son más que estrategias por decirlo de alguna manera del bebé para vincularse con sus papás. Con este repertorio los bebés buscan mantener la proximidad con la figura de apego, resistirse a la separación, protestar si se lleva a cabo (ansiedad de separación), y utilizar la figura de apego como base de seguridad desde la que explora el mundo.”

Con esta recopilación los bebés buscan mantener la proximidad con la figura de apego, en lo posible resistirse a la separación, protestar y/o reclamar si se lleva a cabo, y utilizar la figura de apego como base de seguridad desde la que explora el mundo, la ausencia de una figura que les genere apego, podría fácilmente provocar un vacío en el desarrollo del niño.

La madre siempre será el primer contacto tanto visual como kinestésicamente con el niño, por lo tanto será ella la encargada de entregarle seguridad y protección en cuanto el bebé se lo pida de acuerdo a sus necesidades.


Un tiempo después Mary Ainsworth en su trabajo con niños en Uganda, encontró una información muy valiosa para el estudio de las diferencias en la calidad de la interacción madre-hijo y su influencia sobre la formación del apego.

Ainsworth encontró tres patrones principales de apego:

1)  Niños de apego seguro que lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban en presencia de la madre (apego seguro)
2)     Niños de apego inseguro, que lloraban frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de sus madres. (apego inseguro)
3)     Niños que parecían no mostrar apego ni conductas diferenciales hacia sus madres. Estos comportamientos dependían de la sensibilidad de la madre a las peticiones del niño.(apego inseguro-ambivalente)

Considero importante dar una visión respecto a estos tres tipos de apego.
El apego seguro, claramente queda demostrado cuando la persona que cuida demuestra cariño, protección y atención a las necesidades que el bebé le está dando a conocer, lo que genera en el niño un concepto de sí mismo positivo y sentimiento de confianza en él. En cuanto al apego inseguro, hablamos de este cuando la madre y/o el padre no responden de manera adecuada a las necesidades básicas del niño, generalmente puede que los padres hayan tenido problemas durante su infancia y estos se ven reflejados como un sentimiento de rechazo hacia sus propios hijos, esto traerá serios conflictos cuando el niño ya sea más grande, puesto que evidentemente no se ha generado ni desarrollado la confianza en él, llevando esto a que tampoco genere confianza en sí mismo. Y por último tenemos el apego inseguro-ambivalente, este tipo de apego consiste en que los padres de repente responden a las necesidades de sus hijos y otras veces no. Para el niño este tipo de situación le genera una incertidumbre, en el sentido de que no sabe cuándo y cómo vendrá su madre a cuidarlo y a responder a sus necesidades.
Debemos tener en cuenta, como ya se ha repetido en reiteradas ocasiones, que es sumamente necesario generar un apego seguro, de esa forma estaremos contribuyendo en un buen desarrollo psico-social del niño.

Tiempo después aparece Mary Main (discípula de Mary Ainsworth) quien desarrolla lo siguiente: “Main Desarrolla la Entrevista de Apego para Adultos para investigar como correlacionaban el patrón de apego de los hijos con el patrón de apego de sus padres, a través de la narrativa de sus historias de vida. La EAA es una clasificación del estado mental del sujeto adulto en base a como describe sus  vínculos. Se evalúa, no lo que cuenta el sujeto, sino como lo cuenta, como vivió el sujeto a sus figuras de apego y las experiencias traumáticas y dolorosas.
El modo en que los padres explicaban su historia, el sentido que daban a su pasado, era el predictor más acertado del tipo de vínculo que tendrían con sus hijos.”
(http://www.bioenergeticasaab.com/pdf/APEGOAB-Fina%20Pla.pdfApego)


De esta nueva forma de “evaluación” podríamos ser capaces de ver la forma en cómo se relacionan directamente padres-hijos, ver qué tipos de padres son los que generan esa relación de apego con los niños.


Como pudimos apreciar en este documento, es de suma importancia el generar una relación de apego que sea satisfactoria para el niño, ya que, de esta interacción, generaremos la personalidad a desarrollar del niño más adelante.

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